
Corren tiempos en los que la tecnología al servicio de la Enseñanza nos proporciona herramientas maravillosas: pizarras digitales, acceso inalámbrico a Internet o Bibliotecas digitalizadas nos hacen muy fácil el trabajo de documentación e investigación desde el aula.
Otra palabra mágica, ergonomía, es menos aplicada: las mesas y sillas del alumnado son las mismas e igualmente incómodas que hace 30 años, el modelo 'verde clase', en opinión de algunos, un destrozaespaldas. Y un viejo y útil invento, que permite que la pizarra (analógica o digital) se vea con facilidad desde todo el salón de clase, que ya se utilizaba en tiempos del trivium y el quadrivium, ha sido eliminada por completo: la TARIMA. Barata, humilde y útil, sucumbió ante las peregrinas afirmaciones de los 'pedagogos' (la plaga de la enseñanza), que afirmaban que era un elemento autoritario, discriminatorio y (según las mentes mas preclaras) ¡franquista!.
Que yo sepa, los viejos 'grupos escolares' de la República tenían el útil invento en todas las aulas.
En las Universidades se sigue utilizando...
Y en mis clases los pobres alumnos ven de mala manera la pizarra, eclipsada por el cráneo de los alumnos de las primeras filas. Todo por la peregrina idea de los malhadados pedagogos... ¡QUIERO TARIMAS EN MIS CLASES!.